viernes, 17 de febrero de 2012

LA LLAMADA





El maldito trabajo los mantenía momentáneamente separados y los fines de semana se les quedaban cortos. Eso los que se veían pues con frecuencia surgían viajes inesperados o complicaciones de última hora. Ella no terminaba de acostumbrarse a la separación, a la soledad de las noches. Las llamadas a destiempo y los breves correos no eran suficientes y la descoordinación que conllevaban originaba malentendidos y malhumores que se iban enquistando. La desconfianza y el asomo de celos empezaban a aflorar y esas conversaciones improvisadas cuando sonaba el móvil en el peor momento no facilitaban las aclaraciones.
Desde que lo conoció lo había necesitado a su lado; su presencia, su contacto le resultaban imprescindibles, pero hoy especialmente ella necesitaba oír su voz. Marcó su número a la hora de comer pero no le respondió. Intentó ser comprensiva: él era despistado, lo llevaría sin volumen, estaría en un sitio sin cobertura, lo habría olvidado en la oficina. En estos momentos le resultaba insustituible, irreemplazable, por eso llevaba el móvil en la mano.
 Una leve vibración precedió al sonido de llamada, miró el número: era él. Un relámpago atravesó su cuerpo, alojándose en el bajo vientre.
- Clara López, tronó imperiosa la voz de la enfermera. Pulsó "rechazar" y se dirigió como una autómata hacia la puerta de la consulta.

2 comentarios:

  1. La consulta estaba a tope de gente, ese día, y el médico no se entretuvo en tomarle la tensión a Clara.¡Menos mal!

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  2. El amor necesita del contacto cercano, sobretodo en los primeros tiempos del enamoramiento. Que largos se hacen los días sin verse, y mas sin ni siquiera poder hablar por teléfono.
    Bien Maluca.
    Esperamos el desenlace en la segunda parte.

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