miércoles, 8 de agosto de 2012

ESCAPADA A NAZARÉ

Edificio del hotel Mercure (la torre de al lado sobra)

Y sigo con mi viaje que creo está tomando unos tintes demasiado gastronómicos, pero los monumentos ya están bien descritos en otros sitios y la semana era fundamentalmente playera.

Al lado del hotel donde nos hospedamos (http://www.mercure.com/es/hotel-1921-mercure-figueira-da-foz-hotel/index.shtml) había un complejo turístico llamado Complexo Mar Bistrô que en algún momento formó parte del mismo, pero ahora era independiente. Al restaurante le habían puesto Frente Nova York. Su nombre no engañaba. Efectivamente, si cruzas el Atlántico, justo enfrente tienes la ciudad de Nueva York. Fue puritita casualidad dar con él, está en un primer piso y un poco escondido pero al llegar  íbamos cansados y nos metimos en el primer sitio que encontramos; bueno, quiero decir en el primer sitio que encontramos con buena pinta, porque el hotel estaba rodeado de terrazas-restaurantes, que a su vez lo estaban de turistas.
Todo fue sorprendentemente agradable la primera vez, por eso repetimos varias más, bien a la hora de comer o de cenar.
Tenían mejillones gigantes (lo opuesto a los de Bretaña) que preparaban al vapor con cilantro, lo que les daba un toque verdoso que sorprendía hasta que los probabas. Afortunadamente estoy muy familiarizada con esta yerba, cuyo sabor me encanta. El salmón a la plancha no suelo tomarlo nunca porque es graso y con frecuencia lo resecan. Aquí estaba delicioso y en su punto, pero no sé si merecía más la pena la guarnición: unas judías verdes en tiras finas al dente y unas patatas hervidas con piel al estilo canario. Sólo por este acompañamiento repetimos pescado en días sucesivos.
Por supuesto no olvidamos el bacalao, también exquisito.
Su camarera me enseñó el nombre que dan a nuestra clara (mezcla de gaseosa y cerveza): panachê.
Terraza e interior del restaurante Mar à Vista
Al día siguiente, cerca de la tienda de los calcetines, encontramos un bar muy típico con aspecto mediterráneo del que provenía un agradable olor a sardinas asadas. Podías tomar las que quisieras a precio único. También merecían la pena sus ensaladas. De aperitivo, aceitunas pequeñas negras, aliñadas al estilo marroquí o moruno. Se llamaba Restaurante Mar à Vista  (rua 5 de Outubro, 92/94, tfno. 969 508 343). Es corriente que te pongan vino blanco de la casa en una jarrita de cristal bien fría, a menos que pidas algo especial.

"¿Qué hace en todas las poblaciones y lugares donde entra [el viajero]?Mirar y pasar, pasar y mirar. Ya se sangró en salud, ya declaró que viajar no es esto sino estar y quedar..."

El libro de Saramago nos seguía acompañando (citado arriba) y a pesar de que a Nazaré no le dedicaba nada más que unas líneas, resolvimos visitarlo, aunque la escapada resultó un fiasco. Todo salió mal. En primer lugar no contábamos con la distancia. Lo decidimos repentinamente y resultó estar más lejos de lo que pensábamos. 

El restaurante resultó aún peor. Para ir al que queríamos debíamos esperar diez minutos. Nos impacientamos y nos metimos en uno de los muchos que hay a la espalda del paseo. Ma Ruim era el nombre y lo cito para que no se le ocurra a nadie acercarse por allí . Todo era un timo, todo. Y no  estaba reseca sólo la corvina, lo demás también.

En Portugal, en muchos restaurantes, te encuentras un montón de comida al sentarte a la mesa. Hay que estar avisado y decirle que la retiren. A menos que quieras pagarla a precio de oro. Suelen ser cosas de poca calidad y la tentación es picar pensando que es "aperitivo de la casa". Nada de eso.  


Foto borrosa y tomada demasiado tarde pero que quiero dejar aquí como recuerdo de  mi viaje a Nazaré

De todas formas el viaje nos gustó. Conocimos la zona, dimos un bonito paseo bordeando la gran curva que forma la playa y presenciamos una preciosa puesta de sol entre nubes. Nos quitamos el mal sabor de boca con un postre en una terraza del que luego me arrepentí: demasiado rico, demasiada azúcar.




2 comentarios:

  1. Hola Maluca...soy la nuera de Alfonso Gutiérrez Ferrero, tu paisano de Conkista.
    Estuvimos viajando un poco por Portugal, concretamente en la región del Algarve. Nuestro viaje nos llevó a Tavira, Isla Tavira, Vila Real de Santo António (Parada obligatoria para renovar las toallas pasaditas),Faro y Portimao.
    A pesar de ir cargaditos de niños menores de 10 años, pudimos disfrutar de alguna de las bonitas cosas que tiene este país.
    Fuimos durante tres días relámpagos ya que la cercanía de estar en Huelva así lo permitía y lo poco que vimos,de lo mucho que se podría ver...nos encantó.
    Nos llamó la atención lo que comentas en el Post. El tener que pagar los aperitivos.
    A la llegada al restaurante en Isla Tavira, pusimos cara de "Que detalle", al ver aquel paté tan rico de sardinas y el queso de cabra, con el acompañamiento también de unas aceitunas... ¡¡Que rico!!, que rico sabe todo "De gratis". Nos mirábamos y todos coincidiamos en lo mismo..Pues con esto del aperitivo..¿No nos pasaremos pidiendo??. Al traer la cuenta y ver que el paté de sardinas, los cuenquitos de aceitunas y el queso no habían sido obsequio de la casa, mi suegra comenzó a decir
    - "Eso no se hace", ¡¡Que caraduras!!. A mí para otra vez, ya no me lo hacen.
    La mujer tenía razón. Nosotros, los españoles no estamos muy acostumbrados a esto.
    En fin.. aún así todo resultó muy rico, y mi suegra, quedose súper contenta, porque al menos su deliciosa brocheta de Rape, le había sabido a gloria.

    La otra cosa que me llamó la atención fue las iglesias. Esto fue en Tavira, donde nos adentramos en dos de ellas y pudimos ver lo mal cuidadas que estaban. Una de ellas presentaba un olor tremendo a humedad. Sus bóvedas descascarilladas y su escasez de santos, me hicieron pensar en las del sur de España, todas relucientes y blancas como la nieve. El altar, con muchos pisos de ¿madera?, más bien en forma de tarta, nos hizo forzar bien la vista para ver, el diminuto Jesús que adornaba la torre.
    Pensé que el abandono era por falta de $$$ o por que no hay tanta devoción...no sé.
    Tavira me gustó mucho, sobre todo los heladitos que nos merendamos, asomados sobre las barandas de un puente romano del río Gilao. Los pececillos disfrutaron también de algunas sobras.

    Playa da Rocha en Portimao...¡¡Preciosa!!. Las fotos que nos hicimos son realmente preciosas.

    Vila Real de San Antonio...pues aquí si que nos sentimos más españoles. Jugando a ese regateo que ya conocemos y dominamos tan bien, de nuestros rastros, mercadillos y etc.
    Según mi suegra, antes estaba mucho más barato.
    Claro, antes de la gran crisis...

    Portugal tiene muchísimos sitios preciosos, que sin duda son para disfrutarlos. En nuestro viaje nos acompañaban nuestros "Locos bajitos" y estos, nos marcaban el tiempo.
    -Y...¿¿Por qué ahora vamos para allá??
    - Tengo hambre...tengo sed...me hago pipí..
    - Niña, ¡¡Calla!! ¡¡ Que estamos en una iglesia!!.
    Bastante aguantaron con el calor mis tres niñas.

    Un saludo,

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  2. Hola "nuera de". Bienvenida a este tu blog. Sabía que me leías por Alfonso. Me he hecho un pequeño lío al subir tu comentario pero creo que lo he conseguido. Ha sido porque estoy en Bilbao y no tengo mi ordenador. Tengo hechos muchos viajes con los niños y la verdad es que tienes razón, con ellos todo es diferente.
    Hasta pronto, saludos,

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