martes, 27 de agosto de 2013

VERANO 2013 (y 3)



Los días en Toledo seguían siendo calurosos, muy calurosos. Para pasear o hacer cualquier tipo de gestión había que elegir las primeras horas de la mañana. Después, mejor quedarse en casita con el aire acondicionado. Si venían los nietos, quedaba el consuelo de la piscina. Siempre estoy perezosa para bajar pero con ellos no hay pereza que valga.


No se ve por la luminosidad, pero al fondo está la torre de la catedral 
Aquí también se adivina al fondo la torre de la catedral, el alcázar y, más cerca, el hospital de Tavera.


A veces íbamos a  recoger a los nietos a su casa y entonces desayunábamos fuera. Si por contra los traían a casa, lo hacíamos en la terraza, antes de que hubiera que cerrar ventanas a cal y canto por el calor.         Aquí, tomando melón con jamón y más                                             abajo leche con cacao y donuts.       

Como todos los veranos, en plenos calores agosteños, celebro mi cumple. Este año he tenido mucha suerte y los he tenido a todos en casa. Felicidad máxima.
Después de cenar salimos a fumar a la terraza (por los niños y también porque esa noche lo permitió la temperatura) Aquí, las chicas mayores de la familia (sobre todo una). Las tres jóvenes bellezas son mi hija y mi dos nueras.

Al día siguiente, probándome el regalo de mi hija para enviarle la foto y confirmarle: sí, las dos cosas me quedan bien.
Cuando las temperaturas nos tenían ya casi agostados decidimos hacer una escapada al norte para respirar un poco. Elegimos buen momento porque en Toledo se anunciaban varios días de sobrepasar los 40º.
Recogimos a nuestra amiga sevillana en la estación de Atocha de Madrid  

y nos dirigimos hacia la carretera de La Coruña (o A, como prefiráis) atravesando Madrid, que estaba con poco tráfico.

Por el camino tomamos algo ligerito: yo, esta ensalada de atún, anchoas y verduritas en estos platos planos de pizarra que tanto se llevan ahora
Y por fin terminamos de engullir los casi 700 kilómetros que nos separaban de Madrid.
La reunión era con los amigos del barrio de Madrid donde vivimos tantos años. Allí nos encontramos y como nos hemos seguido viendo regularmente, parecía que todo seguía igual, pero no, ya una de las parejas no era la original y otra estaba incompleta: faltaba un miembro.
Como las distancias eran largas y los días pocos, hemos estado en plan muy tranquilo, haciendo excursiones cortas y dando paseos por la playa o el monte, que de las dos cosas hemos disfrutado.
La temperatura, la ideal, sin alcanzar nunca los 30º.

La playa, la misma tarde de llegada:



Y, al poco, esta puesta de sol
y casi al mismo tiempo, justo al otro lado, detrás del monte, esta luna empezando a remontar
En días sucesivos, como he dicho, pequeñas excursiones desde Porto do Son, que ese era el sitio de destino:

No podíamos dejar de visitar Noia, tan próxima, sus calles, plazas, iglesias, cementerio y mercado:


La Praia das Furnas, de infausto recuerdo por el accidente de Sampedro (reflejado en la peli "Mar adentro")



y  (las dos de arriba) el castro de Baroña, con impresionantes vistas.

No quiero hablaros de las cosas ricas que he tomado porque un amigo siempre me gasta bromas, pero os diré que he tomado las mejores navajas en el bar de al lado de casa, en Porto do Son.

Y otras cosas que me han gustado:
Ah, la humedad, eso es lo peor (arriba)



F I N









sábado, 17 de agosto de 2013

VERANO 2013 (2)


Y nuestra nueva salida, una vez más, fue para Punta Umbría, en la provincia de Huelva. Desde hace unos años, desde luego desde que escribo en este blog, mis salidas se repiten. Hasta hace muy poco presumía de no repetir o, si lo hacía, al menos debía viajar también a un lugar nuevo, distinto cada año. Ahora he tomado miedo al avión y además me he vuelto perezosa y cómoda. Sólo los amigos son capaces de hacerme cambiar de parecer: si me proponen un buen plan, entonces... lo pienso.
Qué tiempos aquellos en que además de los fijos en aquella época, Conquista y Valverde del Camino, tocaba al menos una semana en la costa y otra en el extranjero, pero aquello ya pasó.

El centro de la península ardía 

así que abordamos la carretera con alegría
 y... por fin





Al llegar, no nos gustó nada la decoración del apartamento, bueno, para ser más exactos nos horrorizó.

Pero, a cambio de esto, estaban las vistas:
En días soleados
y en días brumosos


Los primeros días tuvimos la visita de nuestro hijo pequeño y su mujer y nos fotografiaron y los fotografiamos:
Y comimos marisco y jamón, cómo no, es la tierra del mejor:

Este fue el aperitivo que preparamos para la recepción de la pareja.
Pero también tomamos sardinas



Estas sardinas son las típicas de la zona, de tamaño ideal, ni tan pequeñas como las famosas de Málaga ni tan grandes y grasientas con las también famosas de Santurce.

...y coquinas:
y estos dos robalos que muestra Juan el camarero en su quiosco, "Quiosco  Félix":


Por lo demás hice fotos a algunos detalles que me llamaban la atención, nada, insignificancias, como algún caracol, alguna gaviota o algún gorrión; la playa seguía como siempre, llenándose los fines de semana con la gente de los alrededores. Los días entre semana, lo normal, lo correspondiente a la 2ª quincena de julio. Los mismos chiringuitos, alguno ampliado y remozado y los mismos vendedores ambulantes, sin variación, aunque con alguna novedad: un grupo de ellos llevaban un moderno y cómodo carro de plástico amarillo que reemplazaba a las antiguas carretillas. Los locales gritando "niñaaaaa, venga, la ¨servesita¨  ·er· camarón, la fanta, el agüita frescaaaaa" y los africanos "barato, barato".
Estas carretillas están llamadas a desaparecer, seguro que el próximo año ya todos llevan los carros modernos, más cómodos y menos pesados
También urracas invasoras en la playa.









Libros en la playa

Muelle de Punta  y Huelva al fondo.

Y cómo no, estando tan cerca de la frontera, lo lógico es hacer una visita a Portugal. Fuimos a cenar con nuestros amigos de allí a Dom Petisco, en Villa Real de Santo Antonio, al otro lado del Guadiana http://11870.com/pro/restaurante-dom-petiscoEse día hubo espectáculo de luna llena gratuito.

Creo que no pasamos ni un día solos, estuvimos todo el tiempo bien rodeados: buenos amigos y familia.

Y para terminar, os dejo con esta toma de la playa una tarde en que se levantó un poco de viento pero no tanto que impidiera picotear a los gorriones al borde del agua.

 

Amigos, veo que los vídeos no suben. No cambio el texto porque voy a seguir intentándolo.
Por fin los subí pero con una calidad pésima. El último, que era precioso en su origen, ha quedado muy mal: ya no veo a los gorriones de tan borroso y el ruido del viento tapa el de las olas, que era lo que me interesaba. Bueno, así comprobáis lo chapucillas que soy.