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Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo, a mediodía. |
El sábado 7 por la mañana, después de dejar el hotel y antes de recoger el coche del garaje, tomamos un café con porras en un bar típico madrileño, con camareros ágiles y de buen humor desde primera hora, como es habitual allí. La salida de Madrid fue rápida. Había poca circulación y enseguida nos metimos en carretera.
Continuamos viaje hasta la ciudad donde pensábamos pasar la noche, Ciudad Rodrigo, un tanto desconocida, pertenece a Salamanca y es casi fronteriza con Portugal. Su nombre antiguo fue Miróbriga, más bonito que el actual (los romanos la llamaron Augustóbriga), y en la actualidad cuenta con unos 13.000 mirobriguenses. Llegamos a buena hora para un aperitivo y una primera toma de contacto con un paseo por sus calles más céntricas.
La ciudad cuenta con un pequeño casco antiguo amurallado de forma casi circular que recuerda a Toledo. Como ésta, rebosa arte, pero al ser la parte antigua más pequeña, casi no das un paso sin encontrarte con algún edificio cuya fachada te obliga a detenerte.
La plaza del Ayuntamiento (plaza Mayor) es amplia, llena de terrazas (como se aprecia en la foto), pero lo que llama la atención es el bello edificio del consistorio, del XVI y la casa del primer marqués de Cerralbo, del mismo siglo. Como antes señalé, la ciudad está plagada de bellos edificios, conventos, palacios, casas señoriales, iglesias, además de la catedral de Santa María (s. XII-XIV), el castillo de los Trastámara y las murallas.
El Parador está construido en la torre del castillo y cuando llegamos estaba completo, también lo estaba el hotel Conde Rodrigo, que nos habían recomendado. El hotel Molino del Águeda no cumplía ninguna de las ventajas que anunciaba en su publicidad en la red, no tenía conexión a internet y la distancia al pueblo era mucho mayor de lo declarado, así que nos fuimos a la siguiente recomendación: hostal Puerta del Sol. Acertamos de lleno. Pequeño pero con grandes habitaciones, limpio, nuevo, céntrico y silencioso. Es más de lo que pido (www.puertadelsolhostal.com).
Volvimos a corretear los entornos de la plaza Mayor y dimos con un sitio que nos gustó, Zascandil (Correo Viejo,5), con una terraza recoleta y umbría y un camarero-dueño agradable y sonriente. La cocina es moderna, con buenos vinos y no cara. Tomamos tosta de boletus con micuit de pato y jamón serrano y otras delicias. Me faltó preguntar cómo conservaban los boletus porque sé que no es época y estaban como recién recolectados.
Descansamos unos horas en el hostal y salimos a recorrer las murallas y lo que nos faltaban con más detenimiento hasta la hora de cenar.
Nos metimos por callejuelas,
Vimos una boda saliendo del parador y visitamos parques y jardines.
Toledo, 16 de julio de 2012
Continuamos viaje hasta la ciudad donde pensábamos pasar la noche, Ciudad Rodrigo, un tanto desconocida, pertenece a Salamanca y es casi fronteriza con Portugal. Su nombre antiguo fue Miróbriga, más bonito que el actual (los romanos la llamaron Augustóbriga), y en la actualidad cuenta con unos 13.000 mirobriguenses. Llegamos a buena hora para un aperitivo y una primera toma de contacto con un paseo por sus calles más céntricas.
La ciudad cuenta con un pequeño casco antiguo amurallado de forma casi circular que recuerda a Toledo. Como ésta, rebosa arte, pero al ser la parte antigua más pequeña, casi no das un paso sin encontrarte con algún edificio cuya fachada te obliga a detenerte.
La plaza del Ayuntamiento (plaza Mayor) es amplia, llena de terrazas (como se aprecia en la foto), pero lo que llama la atención es el bello edificio del consistorio, del XVI y la casa del primer marqués de Cerralbo, del mismo siglo. Como antes señalé, la ciudad está plagada de bellos edificios, conventos, palacios, casas señoriales, iglesias, además de la catedral de Santa María (s. XII-XIV), el castillo de los Trastámara y las murallas.
Terraza del Zascandil |
Volvimos a corretear los entornos de la plaza Mayor y dimos con un sitio que nos gustó, Zascandil (Correo Viejo,5), con una terraza recoleta y umbría y un camarero-dueño agradable y sonriente. La cocina es moderna, con buenos vinos y no cara. Tomamos tosta de boletus con micuit de pato y jamón serrano y otras delicias. Me faltó preguntar cómo conservaban los boletus porque sé que no es época y estaban como recién recolectados.
Equilibrio inestable |
Descansamos unos horas en el hostal y salimos a recorrer las murallas y lo que nos faltaban con más detenimiento hasta la hora de cenar.
Nos metimos por callejuelas,
Vimos una boda saliendo del parador y visitamos parques y jardines.
Y por fin llegó la hora de la cena. En nuestro largo paseo le habíamos echado el ojo a un lugar que estaba atestado a mediodía. Como no era muy tarde y los españoles son tardíos, aprovechamos esa primera hora tranquila para cenar en La Pulpería. Probamos un poco de todo, pulpo, cómo no, era la especialidad, almejas, percebes (bastante mediocres) y para terminar unas parrochitas. Todo ello acompañado de un Ribeiro fresquito.
Toledo, 16 de julio de 2012
Excelente guia turistica y gastronómica, y envidiable estancia. Se me ponen los dientes largos y dan ganas de seguir tus pasos por la ciudad.
ResponderEliminarUn abrazo
Gusto verte por aquí. Yo también te sigo. Besos,
EliminarBreve pero ameno post sobre Ciudad Rodrigo. Por cierto que desde Madrid se puede viajar cómodamente por autopista y autovía. Saludos
ResponderEliminarNunca respondí a este comentario y ahora veo que he quedado como maleducada. Gracias por comentar, he visitado tus fotos, de mucha calidad.
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