sábado, 8 de abril de 2023

COLECCIÓN FRICK


Íbamos a Madrid a un asunto (bueno) del que aún no puedo hablar y que tendría lugar por la tarde, así que quisimos aprovechar también la mañana en Madrid. 

Viaje de ida y vuelta en tren. Lo más rápido y cómodo, desde luego. En CaixaForum había una exposición sobre impresión en 3D, era muy amplia y no quisimos meternos, pero sí aprovechamos para desayunar allí. No es barato, pero vale la pena pagar un poco más por la tranquilidad y las vistas, a través de los dibujos del enrejado y las hojas de los árboles, sobre el paseo del Prado. 


Cafetería de CaixaForum


Al Prado fuimos, como ya anuncio en el título, a ver una cosa muy concreta, la exposición de las obras españolas (no sé si todas) del museo Frick. Lo de ser Amigos del Museo te facilita mucho las cosas. Por ejemplo te evitas las largas colas que suelen ser casi permanentes en este museo.

Pensamos que sería una cosa rápida, ya que no son demasiadas obras y solo ocupaban una sala, pero, claro, la exposición estaba al lado de las obras de Velázquez y ¿quién es la guapa que no se para ante la visión de su Cristo? ¿Quién pasa de largo delante de Las Hilanderas? No fue tan rápido como pensábamos.

Henry Clay Frick fue un empresario estadounidense que hizo mucho dinero y lo empleó en formar una gran colección de obras de arte, fundamentalmente de la edad Moderna y Contemporánea. Inauguró la colección en su residencia de Nueva York en 1935, convertida después en museo. Es un edificio despampanante, como toda su colección, situado en Manhattan. Ahora, gracias a la reforma de este edificio, podemos ver temporalmente algunas en nuestro museo del Prado. La exposición es sumamente interesante.  Es una muestra  de lo mejor. En el caso de la colección española son pocos artistas pero muy buena representación:  son obras del Greco, algunas de antes de su venida a Toledo, de Goya, Murillo y Velázquez.  No me gusta extenderme mucho cuando hablo de una exposición o colección concreta, pues cualquiera que esté interesado puede entrar en la dirección del museo y empaparse sobre el personaje, artistas representados y obras. Solo diré que es totalmente recomendable.

Como no está permitido hacer fotos a las obras pictóricas, me dediqué a fotografiar algunos de los tesoros que guarda el Prado y que con frecuencia pasan desapercibidos. Aquí os dejo las fotos.


Mesa de alabastro

 


Otra exposición interesante que no hubo tiempo de ver: Guido Reni







Copia del bronce helenístico que representa a un niño sacándose una espina del pie, conocido por la copia romana conservada en los Museos Capitolinos.














domingo, 6 de noviembre de 2022

INTENTO DE AUTOÁNIMO

Hola, queridos lectores (sé que me leéis porque el número de visitas aumenta tímidamente), querido blog, querido pasatiempo, querido notario, querido anecdotario: ¡qué abandono! Cuántas fotos hechas para traer aquí con historias para ser contadas, cuántas notitas, tarjetitas,  dibujos, sí, también dibujos, ideas que han volado por no tener la serenidad, el tiempo o las ganas (tampoco la perentoria necesidad, es verdad) de traerlas aquí. El tiempo vuela y las ocupaciones se multiplican, aunque creo que no es esa la auténtica razón. Hay mucho de pereza. Cuando uno quiere hacer algo, siempre encuentra el hueco. Es verdad que cuando las condiciones no son propicias cuesta más. A ver si me voy animando.


 

domingo, 1 de mayo de 2022

CUANDO ABRÍAMOS LAS PUERTAS CON EL CODO.

 Hoy bajaba de casa con las manos ocupadas. Llevaba varias bolsas y he tenido que ayudarme del codo para poder abrir el portal. Entonces me he acordado de no hace tanto tiempo, cuando esto era lo habitual. Le dabas con el codo a la puerta del ascensor (o a cualquier otra) y, una vez abierta, empujabas con el pie o la rodilla. Usábamos guantes y mascarillas y procurábamos no tocar nada con las manos, aunque nos las lavásemos continuamente con agua y jabón y usáramos profusamente el gel hidroalcohólico. Es curioso cómo un olor, un gesto, te llevan de pronto a otra época.


Hace tanto de eso, o tan poco, según se mire. De golpe me vinieron las salidas solitarias al portal para dar un paseo entre los soportales interiores, bajar y subir rápidamente las escaleras para ejercitar las piernas y darle unas cuantas vueltas al garaje. Todo ello a hurtadillas, porque estaba prohibido salir de casa. Jamás, siendo un portal de seis pisos, coincidí con nadie, ni en las escaleras, ni en los soportales del patio interior, ni en el garaje. Tengo que decir que ya me ocupaba yo de elegir horas intempestivas.


Ahora, todo eso queda ya lejos, por suerte. Ya empezamos a quitarnos las mascarillas incluso en interiores y a vivir -casi- como vivíamos antes. A ver si dura mucho o, mejor, es definitivo. Aunque, en algunos lugares de China y en los mismos Estados Unidos, anda la cosa regular. Se habla de la séptima ola. Que no nos llegue o lo haga de forma atenuada.

miércoles, 2 de febrero de 2022

GALDÓS EN EL MUSEO DEL EJÉRCITO DE TOLEDO.



Hoy hemos visitado la exposición "Galdós en el museo del Ejército" situada, como su nombre indica, en el museo que se encuentra ubicado en el Alcázar de Toledo. 


Como quizá muchos sepáis, en el antiguo edificio del Alcázar de Toledo, además de la biblioteca regional (1998), se encuentra, desde  2010, el museo del Ejército.   El edificio en sí es ya muy interesante y merece ser visitado. Su nombre (alcázar) proviene de la palabra árabe «Al Qasar» القصر, que significa «fortaleza». Pero sus orígenes fueron romanos. Parece que en el s. III era utilizado como palacio.  En la reciente remodelación, las antiguas ruinas (árabes y romanas) quedan a la vista, siendo una obra de gran interés. Os cuento todo esto porque, según el interés de cada cual, puede visitar una u otra cosa. Yo he visitado en múltiples ocasiones la biblioteca y un par de veces el propio museo del ejército. Pero en esta ocasión nuestra visita iba directamente dirigida, como ya he señalado,  a la exposición “Galdós en el museo del ejército”, basada en el propio escritor y en sus “Episodios Nacionales”, novelas históricas que recorren todo el siglo XIX. 


En la exposición se pueden contemplar todo tipo de armas y enseres utilizados por los soldados de las guerras descritas por Galdós; además de armas de todo tipo, hay carruajes, trajes, pinturas, fotografías y bustos de los personajes más importantes. 

Algunas de las pinturas son de gran interés por ser de reconocidos artistas, como Federico Madrazo, Francisco Folch de Cardona o Vicente López Portaña.

  



Se puede terminar comiendo o tomando una cerveza en la cafetería, que dispone de esta estupenda terraza



Magnífico busto del general Federico de Madariaga, del gran Mariano Benlliure.



Bandera del navío San Juan Nepomuceno 1785-1805

"Churruca, en el paroxismo de su agonía, mandaba clavar la bandera y que no se rindiera el navío mientras viviese" Trafalgar, B. Pérez Galdós.




Nunca hubiera imaginado que ya en aquella época existieran camas plegables.


 



Retrato de Napoleón Bonaparte. Louis Aristide (grabador) y Paul de la Roche (pintor).


  



martes, 18 de enero de 2022

FEBRERO DE PANDEMIA. 2021


Me acabo de encontrar este escrito de hace exactamente un año y he decidido publicarlo. Lo dejé aparcado porque al final estaba aburrida, no era nada interesante y además contaba cosas de la familia y nunca sabes si va a gustar. Quito algunas cosas y aquí va:



FEBRERO 2021


Es uno de febrero de 2021 y pronto va a hacer un año desde que empezó la pandemia del coronavirus. El 13 de marzo del pasado año fue el día que decretaron el aislamiento en España. Los días anteriores fuimos a Conquista pero nos vinimos sin agotar nuestra prevista estancia porque las noticias eran preocupantes y los anuncios del posible confinamiento cada vez más verosímiles.


Desde entonces, hemos pasado muchas etapas. Primero la novedad y la incredulidad de la situación. Las mascarillas. La alarma diaria de la subida de la curva, el número creciente de muertos, los ingenios para movernos por la casa para hacer ejercicio. Solucionar la compra de comestibles se convirtió primero en otro problema, después en un desahogo. Podíamos salir a comprar lo estrictamente necesario, pero nuestros hijos nos aconsejaban que no lo hiciéramos y pidiéramos por teléfono. Los supermercados entonces te daban siete días para poder entregarte el pedido. Luego vinieron los aplausos en las terrazas. Entonces, solo entonces, empecé a interesarme por los vecinos que tenía en frente. En veinte años, no me había parado a mirar, es verdad que la calle es bastante ancha y quedan un poco lejos.


Sobre esta pandemia habrá mucha gente que haga la crónica. Se escribirá su historia desde muchos puntos de vista. Yo misma escribí un par de historias cortas haciendo referencia a ella (una cuando aún no estaba en la mente de nadie). Qué optimista estaba yo entonces, pensando que esto sería cosa de pocos meses. Ahora, al cabo del año, cuando estamos en la tercera ola y los ánimos empiezan a flaquear, quiero hacer una cosa sencilla. En este momento, en Toledo está cerrada toda la hostelería, no hay pues ni un bar ni un restaurante abierto. El toque de queda es a las 10 de la noche y los grandes almacenes también han cerrado, así como cines, teatros, conciertos. No hay nada, nada se puede hacer. Puedes quedar con alguna pareja para pasear (no más de cuatro personas juntas). A los hijos que viven en Toledo los vemos, una semana sí y otra no a J., y todas las semanas a R. Suele ser un rato para pasear o estar con ellos un rato. Siempre al aire libre. A. vive en Madrid, así que no lo vemos.


Por eso he pensado que es un buen momento para poner aquí las experiencias de mis monótonos días, con la idea de que, dentro de mucho tiempo, un día alguien pueda saciar un poco su curiosidad, caso de que exista.


Como hay poco que contar, (aparte de la lectura, los paseos, el dibujo, la costura y las clases de inglés), escribiré sobre lo que cocino a diario. Tampoco esto será divertido ni excesivamente variado, pero al menos reflejará qué se come en esta casa, hogar de dos personas mayores. Supongo que alguna vez pediré algo a algún bar/restaurante abierto donde vendan cosas para llevar o compraré algo ya preparado en alguna tienda para calentar. En principio me gusta cocinar, aunque el hecho de tener que hacerlo a diario me produzca hartazgo.


Sólo hablaré de la comida principal y no de la cena. Tampoco añadiré aperitivos ni esas cosas que siempre acompañan: el queso previo o al final, unas rodajas de salchichón, unas lonchas de jamón, unas aceitunas o unas patatas chips, antes de empezar.


Día 1

Judías verdes y champiñones rehogados con un huevo frito por encima.


Las judías verdes las hace Daniel al vapor y sabe darle el punto para que queden ‘al dente’. De los champis me he encargado yo. Me gusta comprarlos muy, muy frescos para que estén duros y crujientes. Los corto en láminas no demasiado finas y los rehogo con unos dientes de ajo también en láminas. Con las judías hago lo mismo, pero por separado. Después junto ambas cosas y frío un par de huevos y los pongo por encima.


Día 2

Higadito de cordero lechal y tomates aliñados en rodajas.


Ayer subimos al casco andando a buscar un almanaque a la sucursal bancaria. Una excusa como otra cualquiera para aprovechar la mañana haciendo, además, un poco de ejercicio. Al pasar por la Cuesta de Armas, vi la carnicería donde compré durante ocho años, aunque estaba en otro sitio entonces. Faltaba queso manchego y entramos. No me pude resistir al ver la asadurita en el mostrador. En casa no han gustado mucho las entrañas (excepto los sesos a Daniel) y por esa razón apenas tomamos cosas de casquería. Así que, ahora que estamos solos, aprovecho alguna vez, bastante de tarde en tarde. Le dije que la cortara en filetes. Salieron muy pequeños por el tamaño.

    _Tire usted todo lo que no sea hígado, dije al carnicero.

    _¿No tiene usted perros ni gatos?

    _No.


Lo hemos tomado como siempre; es una receta francesa. Se fríen los filetes en aceite y se van poniendo en una fuente. Cuando se sacan todos, ya bien fritos, se los cubre con mucho ajo y perejil finamente picado. Del aceite de haberlos frito -tiene que seguir bien caliente-, se le echan por encima varias cucharadas.  Los ajos y el perejil no se fríen, pero tienen que chisporrotear. Imposible no mojar pan después en esa salsa.


Día 3

Cumple de L. Lasaña y tarta de chocolate


Mi nieto L. cumple ya ¡diez añazos! Vinieron a comer su padre y él. Qué grande y qué guapo! No sé cómo será con 17, pero creo que llevará cola detrás de él.  Mantuvimos todas las precauciones. Mascarillas todo el rato, excepto los momentos de ingerir la comida, claro. Cada pareja en un pico de la gran mesa abierta del comedor y con las ventanas abiertas. Afortunadamente hizo buena temperatura y pudimos mantenerlas así y la casa ventilada todo el rato. 


Desgraciadamente no pudieron venir sus primas. No nos podemos reunir en las casas más de cuatro personas si no somos convivientes. (Nueva palabra utilizada continuamente ahora).


Puse unos aperitivos y enseguida la lasaña, ya que L. no debe comer antes mucho, si no, come mal. Con todo, comió mal porque encontró mucha cebolla. La tarta estaba rica. Fui a comprarla el día anterior a Santo Tomé. Yo la quería más pequeña pero no tenían. Me traje la que en teoría era para cuatro personas. Después de repetir, nos sobró más de la mitad. Mi amiga Claudia me acompañó y aprovechamos para dar un paseo.


La lasaña la hago de forma sencilla: rehogo la carne picada con cebolla, ajos, sal y pimienta. Tomate frito de bote, que es el que más gusta a los niños por desgracia. Por encima, abundante bechamel. Como no tenía queso rallado, aproveché el último resto de un manchego curado para espolvorear y cubrir antes de meterla al horno.


4 de febrero

Sopa de fideos y gallos fritos. 


Saqué un caldo de cocer alcachofas y le puse un trozo de tocino añejo, un hueso de jamón, una patata y una cebolla. Una vez hecho y colado, para adornar, y también para dar sabor, añadí unos pocos guisantes y corté en rodajas muy finitas unos palitos de apio. (Siempre tengo verduras congeladas). Al final, eché los fideos finos, que se hacen en un momento.


La fritura de los gallos no tiene misterio. Bueno, a mí me gusta usar la harina especial para freír pescado que venden en Andalucía. Como no tenía, le añadí a la de repostería un pelín de pan rallado para enharinarlos después de ponerles la sal. Freír en abundante aceite, claro.


5 de febrero

Hoy es viernes y vamos a recoger a los pequeños al cole. Dicen que los enanos contaminan menos, así que nos arriesgamos a meter a los niños en el coche. Es un momento, ya que la mayor parte del trayecto la hacemos andando. M. tiene cinco años y S. tres. Van al mismo cole y todavía comparten patio. 


Ver a los pequeños es una gozada. Dan energía, son absolutamente encantadores, llenos de vida. Nos piden que nos quedemos un ratito en su casa. Así lo hacemos. El patio de mi hija tiene una orientación estupenda, con poco sol que asome, proporciona una temperatura ideal para estar al aire libre. N., mi yerno, sale un poco antes los viernes, así que también estaba allí. Entre mi hija y él nos sacaron un vino y un tapeo. Luego llegaron las mayores del instituto, L. y D. Tan maravillosas y tanto tiempo sin poder estrujarlas… en fin. Al final, nos quedamos a comer, claro. Ese par de horitas de charla y convivencia, incluso con todas las distancias, nos vino de perlas.


Por fin pude convencer a Daniel de no llevar cosas con azúcar para los niños y compré un par de piñas que nos vinieron muy bien para el postre. Se las llevamos ya cortadas en rodajas con el estupendo aparato, sencillo y práctico, que tenemos en casa.


6 de febrero

Escalivada y salmón ahumado.


Este es el plan de comida para hoy, pero es sábado y me gusta dar una vuelta por la pescadería. Me pongo la mochila a la espalda y las zapatillas de andar, sin olvidar la dichosa mascarilla. Habrá una distancia de poco más de un kilómetro. A la vuelta, si tengo ganas y no vengo muy cargada, alargo el paseo por el barrio de Palomarejos. 


Llevaba ganas de un buey de mar, pero no había. He traído almejas, mejillones de roca (pequeños) y un par de filetes de atún rojo. Veremos.


He decidido dejar el salmón ahumado para otro día y he hecho las almejas y los mejillones. Los he hecho al estilo belga, con hierbas. Han salido deliciosos.


7 de febrero

Filetes de atún rojo y ensalada


Hoy he decidido empezar un nuevo cuadro. Un bodegón pequeño, a ver qué tal. Ahora compro lienzos minúsculos pues el espacio en casa escasea. Por esa misma razón, hago acuarela y dibujo. Los cuadernos ocupan menos que los lienzos, por pequeños que sean. El paseo lo hemos dejado para la tarde. 


Cuando hemos salido hacía un día desapacible y ventoso, pero el aire frío en la cara vivificaba y se agradecía. 

Mucha gente debió pensar lo mismo porque éramos muchos en “la vuelta al parque”.


Nos dieron ganas de alargar el paseo, pero las gotas minúsculas que cayeron al principio, se fueron haciendo más gordas. Terminamos la caminata sin dificultades, yo solo abrí el paraguas un rato antes de llegar a casa.


8 de febrero

Puré de verduras y tortilla de berenjenas, setas y gambones.


Las berenjenas se encargó Daniel de hacerlas en la sartén. Cuando me levanté ya salía el olor de la cocina. Las setas (de pie azul, lepista nuda) las habíamos cogido al final del otoño cerca de casa y las tenía congeladas, así como los gambones.


El puré, como siempre, aprovechando lo que hay en casa. En esta ocasión le he puesto dos calabacines, una patata, dos zanahorias y la parte verde de éstas, así como la parte verde de un manojo de cebolletas. Sal, pizca de pimienta y mantequilla.


Me he pasado la mañana pintando y en la cocina, aunque al final, como todos los días, he dejado un ratito para el inglés.


En cuanto deje esto, me bajo al súper, que es lunes y faltan muchas cosas en la nevera.


9 de febrero

Sobras.


Cuando quedan restos de aquí y de allí que hay que terminar, es cuando mejor comemos, más variado. A veces los restos, aderezándolos debidamente, pueden resultar platos exquisitos.


También hoy dejaremos el paseo para la tarde, aunque, igual que ayer, hay previstas lluvias y el viento que no ha cesado de rugir seguirá haciéndolo todavía. Mi casa está en una zona alta de la ciudad y es el último piso, exterior por dos costados, así que lo notamos de lo lindo.


Como no tengo que hacer comida, después del inglés, tendré más tiempo para leer. Estoy con “El infinito en un junco”, una historia de los libros, por resumir, aunque toca muchos aspectos históricos. Es muy entretenida y bastante relajante, después de los últimos libros de asunto político que he leído. Por una casualidad, he leído seguidas las Memorias de Michelle Obama, las de Barack Obama y el libro sobre Trump de su sobrina Mary L. Trump.


10 de febrero

Cocido


He terminado mi minibodegón. Había colocado en un plato un par de naranjas, unos plátanos, una manzana y una pera. Al lado, una botella de vino. No ha quedado mal.


Hoy vamos a recoger a los peques del cole.  Hace un sol radiante, así que no sé cómo voy a salir del atolladero. Ayer, hablando por teléfono con S., le dije que no nos podríamos quedar a comer porque iba a llover. Me gustaría haber retenido las deliciosas frases que utilizó para decirme que ella quería que nos quedáramos en su casa porque quería invitarnos a comer.


Hemos recogido a los niños y los hemos llevado andando y, los últimos metros, en coche. Lo dejamos un poco apartado para caminar y evitar estar encerrados dentro mucho tiempo.


Nos hemos quedado un rato y el tiempo era estupendo, nada de lluvia. El paseo de la tarde transcurrió igual, sin agua, a pesar de estar prevista.


11 de febrero

Sopa de cocido y ropa vieja.


Después del cocido, es inevitable la ropa vieja, aunque si dices “inevitable” la cosa parece peyorativa. En absoluto. El quid está en poner mucha cebolla. Después de añadir la carne y todos los restos a la sartén donde hemos refrito, como digo, mucha cebolla, yo añado alguna yerba fresca. Perejil o hierbabuena, cortada; es lo más socorrido.


A última hora de la mañana nos hemos ido a pasear a lo largo del Tajo. Caminamos por la senda pegada al río hacia el palacio de Galiana. Desde las últimas nieves no habíamos estado por esa zona. El río baja cargadísimo y es impresionante ver la fuerza después del azud, pasada la antigua fábrica. 

Juan y Mila nos han acompañado y hemos ido todo el recorrido charlando. Para nuestras costumbres, se hizo tarde la hora de la vuelta. No para ellos, que suelen comer después de las tres. Agradabilísimo paseo.


12 de febrero

Ensalada y quesos.


La ensalada es contundente. Lleva aguacates y mil cosas más, todas apetitosas.

Quedan varios restos de quesos franceses que hay que terminar.


Al poner la fecha, me ha venido a la memoria aquel “espíritu del 12 de febrero”, de infausta memoria. Arias Navarro nunca llevó a cabo la mínima reforma que anunció ese 12 de febrero de 1974. Demasiado franquista y miedoso para tomar cualquier medida con un mínimo atisbo de apertura democrática.


Bueno pues ayer tuvimos la gran noticia. Los bares y restaurantes vuelven a abrir.  Las cifras de contagios y muertes son todavía elevadas, pero el hartazgo es tal que está todo el mundo deseando tener un poco de normalidad. El toque de queda sigue estando a las diez de la noche, así que todo debe cerrar al menos una hora antes. En las barras de los bares no se puede consumir y en el interior solo está permitido, sentado, un tercio del aforo y la mitad si es en el exterior. El máximo de personas por mesa ha pasado de cuatro a seis. Ahora debemos descargarnos un código en el móvil que habremos de dar antes de entrar a un establecimiento. Nosotros lo bajamos anoche, así que ya lo hemos utilizado hoy sin ningún problema.


Aprovechando que teníamos que hacer una gestión bancaria, hemos ido andando hasta Zocodover y de allí hasta la catedral. Qué alegría ver tiendas abiertas, los camareros ordenando las mesas de las terrazas… El sol salía a ratos y  animaba las caras de todos. Yo al menos así lo percibí.


Hemos acabado en el Yoguis tomando el aperitivo en la terraza. Sólo había una mesa más ocupada. Después de mis huevos rellenos, los que más me gustan son los que hacen en este bar de comidas caseras, que conocemos desde nuestra llegada a Toledo. Por esta razón (el tapeo) al llegar a casa, solo hemos tomado una ensalada y unas tapas de quesos variados, los restos de los franceses y alguno de cabra y manchego.


13 de febrero


Chuletitas de cordero con patatas y pimientos fritos. Ensalada de col y zanahorias ralladas.

Es sábado y, a falta de algo mejor, el coche nos lleva a la pescadería. Después seguimos hacia el súper para completar. Celebraremos el día de San Valentín con antelación, total, nosotros no somos de celebraciones, nunca hemos celebrado estas fiestas sacadas de la manga por comerciantes interesados. Así que nos zampamos los langostinos tan ricamente. Nos gusta comprarlos crudos y hacerlos en casa. Fuera los suelen cocer demasiado y con frecuencia saben más a laurel que a marisco. (Los andaluces nos llevamos las manos a la cabeza con esta costumbre del laurel en la cochura). No hay nada mejor que un ligero hervor con agua y sal. Daniel además los dejó en su justo punto, tanto de sal como de cocción. Es verdad que con un poco de supervisión por mi parte y un poco de cabreo por la suya. No le gusta que yo ande merodeando por la cocina cuando él está con alguna faena cacerolil.


Por la tarde nos fuimos a hacer el paseo de los depósitos hacia Bargas. El tiempo era soleado y templado. Nos cruzamos con algunas personas. Los más deportistas, como corredores y ciclistas iban sin mascarilla. Otros se las ponían al vernos (como nosotros) y otros las llevaban de antemano. Me encanta ese paseo en todas las épocas del año. En esta, con los sembrados ya creciendo, las enormes lomas verdes lucen radiantes su ondulada suavidad. El camino corre paralelo a la A41, aunque a gran distancia y en altura con lo que siempre ves grandes horizontes a derecha e izquierda. Qué suerte poder contemplar esos paisajes abiertos, con encinas y sembrados a un paso de casa. 


Domingo 15

Arroz con chirlas


Hoy es San Valentín. Sigue el buen tiempo. Hemos salido al campo por la mañana. Necesito que me dé el sol en la cara, por eso elegimos un sitio donde no nos encontremos con nadie para poder ir tranquilamente sin mascarilla. Lo conseguimos tomando la dirección de La Puebla, a unos 10 kms. de Toledo. Paseamos por campos sembrados de viñas en altura y cerca del río. 

La mañana era magnífica y no invitaba a quedarse en casa.

A la vuelta nos quedamos a tomar el aperitivo en El Catavinos. Hemos tenido suerte: buen sitio para aparcar y una mesa bien separada y al sol ¿se puede pedir más?


A última hora de la tarde, tuvimos la agradable sorpresa de la visita de nuestro hijo mayor. Visita fugaz, en un descanso mientras corría. Nos anunció que había hablado con L. sobre su novia.


Los amigos siguen sin dar señales para salir. Hay mucho miedo. Es mejor ser cautos.


Lunes 15

Minestrone


Es la misma receta que hago desde recién casada, la que viene en el libro de  Simone Ortega. Muy completa: verduras, legumbres, pasta y queso.


Hoy he guardado las dos mantitas que teníamos para cubrirnos las rodillas en las terrazas de los bares y restaurantes, allá por noviembre y diciembre. Ahora, que acaban de volver a abrirlas, ya no serán necesarias. Aunque la temperatura baja bastante de noche, a mediodía suele alcanzar ya los 16, 17, 18…


Hemos dado doble paseo, por la mañana la vuelta al parque, por la tarde a los depósitos. Nos hemos encontrado con gente amiga.

El parque es el que tenemos al lado de casa, el de las Tres Culturas.


Martes 15

Dorada a la sal


J. ha anunciado que vendrá a merendar con L. Qué alegría. Daniel se ha ido a buscar un bizcocho y yo me he quedado escribiendo este diario febrerino.


Hoy nos hemos ido a dar el paseo por el sendero que va detrás de la fábrica de armas, ahora universidad. Atravesamos al otro lado del río por la moderna pasarela, desde la que tan buenas vistas hay y tan buenas fotos se pueden hacer, sobre todo de la ciudad monumental, con San Juan de los Reyes en todo su esplendor.


J. y L. llegaron puntuales, a las 5.15 como acordado, aunque solo se quedaron media hora porque iban a clase de música. Hacía tan buen tiempo que tuvimos la terraza abierta de par en par.


Miércoles 17

Hoy vamos a recoger a los peques del cole. Decididamente, los miércoles es el mejor día. Viene a casa la chica que nos ayuda, pero se va justo a tiempo de salir nosotros. 


Ya sabemos que nos quedamos a comer. R. me ha prohibido llevar comida, pero yo compro un montón de croquetas en Mercadona. Ayudan a completar, a los niños les encantan y, si sobran, pues para la noche.


R. prepara una especie de tacos. Carne picada y un montón de salsas y verduras ricas. Cada uno se prepara el suyo, al gusto. Disfrutamos como enanos hablando con las mayores y los pequeños.


Jueves 18

Lentejas


Las hago de forma muy simple, todo en crudo. Siempre tengo caldo de verduras, si no del momento, congelado. También le pongo chorizo y morcilla zanga de mi pueblo (morcilla de sangre), le va muy bien. Por supuesto, ajos, cebolla, un trozo de zanahoria, pimientos verdes. Hoy le he puesto también un pimiento rojo seco de Conquista. Este verano compré bastantes en el huerto de C. y preparé un montón de ristras para secar. Conforme se van secando van tomando un color rojo precioso. Aún me quedan.


Mala noticia. Una amiguita del cole de S., ha cogido coronavirus. Por precaución tienen que hacer todos cuarentena. Esta misma mañana se han hecho todos la prueba PCR para detectar el virus y les da negativo. Menos mal. Aun así, S. debe guardar cuarentena, así que eso afectará a R., claro, que es quien se tiene que  quedar con ella.


Por la tarde nos fuimos a pasear al Valle. Dejamos el coche nada más pasar el puente de Alcántara. Subimos a buen paso al principio. Pasamos el arroyo de la Degollada, el  quiosco base, el quiosco de las postales y justo al llegar enfrente de la iglesia de San Sebastián, dimos la vuelta. 


Antes, grabé un vídeo de la porquería que la gente deja tirada en los rodaderos que van hacia el río. Plásticos, latas, botellas... un asco. No sé cómo no se les congela el gesto antes de tirar nada delante de esa vista. 

Lo subí a las redes aunque no creo que sirva para nada.


Por la noche vimos una película de la que no había oído hablar: La Luz entre los Océanos, es australiana de 2016. Me gustó con reparos. La fotografía excelente.


Viernes 19

Pescada, ensalada de espinacas y endivias.


R. me confirma que están todos muy bien.


Nosotros hemos cogido el coche y nos hemos ido a San Pablo de los Montes. De allí a Las Navillas. Echo mucho de menos ir a buscar setas, así que intentamos compaginar las dos cosas, andar al aire libre sin mascarilla, yo buscando setas y Daniel caminando. Hacia Las Navillas hay un sitio llano, donde he encontrado algunas setas. He disfrutado. No sé cómo se llaman pero sé que son comestibles porque son las mismas que encuentro entre la hierba al lado de las encinas en mi pueblo. Deben ser parientes de la clitocybes porque, como ellas, tienen el tallo muy duro y correoso.


Intentamos tomar un café pero en Las Navillas está todo cerrado. Nos volvemos porque no me he dejado nada preparado para comer.  Sí había sacado la pescada del congelador. Había comprado el sábado anterior una grande en la pescadería (no me gusta mucho la merluza, prefiero la pescadilla grande) y había pedido al pescadero que me cortara la mitad de la cola en rodajas y la parte del lomo abierta. Así la congelo por separado.


Nada más llegar encendí el horno. Mientras se calentaba me cambié y pelé y corté en rodajas muy finas un par de patatas que puse en el fondo de la bandeja. Al ser muy finas se hacen enseguida. De todas formas les di la vuelta y luego puse encima los lomos solo con aceite por encima y sal.


Daniel mientras tanto preparó la ensalada con lo que saqué del frigorífico. Un cogollo de lechuga, una zanahoria, un tomate. Yo luego añadí bastante perejil picado y una remolacha hervida, en rodajas. Yo las compro de las que vienen cocidas envasadas al vacío en plástico. Las que van en bote o lata (conserva) tienen mal sabor o eso me parece a mí.


Antes de comer aún nos dio tiempo de recuperar la comparecencia del presidente Pedro Sánchez en Cáceres. Había ido a hablar de otras cosas, pero aprovechó para volver a recalcar que España es "una democracia plena" y que "en ningún caso está justificada la violencia". Estos días está habiendo manifestaciones con mucha violencia (destrozo y quema de contenedores, mobiliario urbano, escaparates pintarrajeados y rotos para robar o por gusto, etc.). Los violentos llevan así cuatro noches ya, desde que metieron en la cárcel al rapero que alienta al terrorismo y el tiro en la nuca (según sus tuits y las letras de sus canciones).


Por la tarde limpié y pasé por la sartén las setas. Llené tres botes pequeños que ya tengo congelados.


Por la noche estrenaron la segunda temporada de la serie Hierro. Vi los dos capítulos, pero creo que tendré que echar un vistazo a los anteriores porque hay cosas que no recuerdo.


Me maravillo de que sea viernes y hayamos asumido con tanta normalidad no salir por la noche. Hace unos años hubiera sido impensable, aunque ya llevábamos algún tiempo que  remoloneábamos y preferíamos el día para salir a comer. Desde la pandemia no hemos vuelto a hacerlo, excepto en los dos meses de verano en que la covid nos dio un respiro.


Ya hay anuncio de vacuna para los mayores de 80 años y posible pase a fase 2 si siguen bajando los contagios. Mañana contaré más cosas.


Sábado 20

Pescado aliñado. Acelgas.


Ayer sobró, así que lo aprovecho hoy añadiéndole cebolleta, perejil y tomate. Aceite, vinagre y sal, claro. Las acelgas las hizo ayer Daniel con la receta de mi pueblo que ya tengo publicada por ahí varias veces y que todo el mundo conoce.


Esta mañana he andado perezosa para salir. He dormido mal y después del desayuno me he vuelto a echar un rato. Daniel ha ido a llevarles un bizcocho a las niñas. Lo ha dejado en la puerta pero ha podido ver a S. y R. de lejos. Qué suerte.


Desde anoche estamos en fase 2 en Castilla La Mancha, excepto algunos pequeños municipios que siguen en la 3. Sigue el toque de queda a las 22 horas y el cierre perimetral de la región, pero la hostelería amplía su aforo hasta el 50% en el interior y el 75% en el exterior. Sin servicio de barra y sentados. Abren al 50% las plazas de toros y los espacios culturales (salas de cine, teatros, museos...) Se permitirá ya la entrada a los espectáculos deportivos con el 30% del aforo o 300 personas como máximo. Se fijan también medidas para bodas, bautizos, comuniones, entierros, etc. y volverán las visitas a los residentes en centros de mayores. 


El día amaneció luminoso pero se ha ido poniendo feo, con los restos de calima africana que van cruzando la península. La temperatura va a subir a 21, aunque mañana vuelve de bajar a 13 grados de máxima.


Hacia la una y media hemos bajado a tomar el aperitivo y ver cómo estaba el ambiente. Casi todas las mesas llenas en los 4 ó 5 bares cerca de casa, a pesar del 75%. Hemos podido encontrar mesa en un sitio pequeño que han abierto en la calle Berlín. Hemos tomado unos vinos que nos han traído ya servidos (Daniel, tinto, yo, blanco) que no nos han gustado demasiado. Se notaba que acababan de abrir y eran chavales jóvenes.


La comida en casa deliciosa, ¡cómo se agradece lo natural después de venir de un bar!


Una cosa que he olvidado mencionar es la apertura de parques ¡por fin! Entre el virus y los destrozos de la nieve de la tormenta Filomena, han permanecido cerrados demasiado tiempo. El nuestro, el de al lado de casa quiero decir, lo han abierto también. Estaba como nuevo. Ha empezado a crecer la hierba por los paseos terrosos y por algunos sitios bajo los árboles había alcanzado altura. He encontrado setas de pie azul. Al menos 8 o 10 ejemplares de un tamaño considerable. Qué disfrute. Ya las tengo arregladas, aunque he dejado tres para pasarlas por la parrilla pues están muy enteras, sin acabar de abrir.


Domingo 21

Huevos fritos con torreznos y morcilla de arroz. Pencas de acelga aliñadas.


Hoy ha amanecido un día bastante feo. Está cubierto y oscuro. La temperatura, como estaba previsto, ha bajado, aunque para mañana se espera que aún baje más.


Los contagios de la tercera ola siguen bajando, no así la cifra de muertos ni la de enfermos en uvi.


Cuando hiervo los acelgas (o las pongo al vapor), siempre separo las pencas, que suelo utilizar aliñadas enteras (como los espárragos blancos) a la vinagreta. Esta vez las voy a poner al estilo de Conquista. Las parto en trocitos pequeños y les añado un huevo duro. La clara cortada en trocitos muy pequeños también y la yema diluida en la vinagreta. Este simple toque hace un plato distinto.


Los torreznillos estaban deliciosos. Eran muy pequeños y muy veteados. Los hice a fuego lento. La morcilla de arroz, en rodajas. Estos placeres no se pueden tomar a menudo, pero sí de tarde en tarde.


Se anuncia para el lunes la apertura de la zona de juegos infantiles en los parques. Ya era hora! 


Lunes 22

Albóndigas con patatas fritas y ensalada.


Suelo comprar la carne picada de ternera, de un trozo elegido por mí. Le añado sal, pimienta, pelín de perejil y ajo picado. Un huevo crudo para que ligue bien la mezcla y las frío. En ese aceite hago el refrito de cebolla, ajo, poco de pimiento y tomate. Añado medio vaso de vino blanco y uno de agua y lo pongo a hervir. En el último momento echo las albóndigas para que cuezan juntas con la salsa. Mi madre tenía la costumbre de añadir un huevo crudo batido a la salsa, no sé si para espesar o como simple alimento. Yo seguí haciéndolo al principio, pero luego dejé de hacerlo porque el aspecto para los niños no es bueno, empiezan a separar esas hebras que quedan... 



Esta mañana hemos estado en la gestora de Santa María de Benquerencia a la firma de unos documentos. R. la pobre no ha podido ni acompañarnos, pues S. sigue confinada y ella de rebote. Por supuesto las gestoras no han llegado a tiempo.


Hemos aprovechado para desayunar en una terraza cercana con un frío que pelaba. Al final hemos pedido a la camarera que nos encendiera la estufa. Las tostadas de Daniel estaban requemadas como a él le gustan y con una pinta de pan de pueblo estupendas. Yo he pedido una porra.


A la salida de las oficinas hemos ido a ver a nuestra hija. Cinco minutos y de lejos. Los niños corren a nuestro encuentro y nos abrazan las piernas. Qué triste! Y ya están habituados a esto.


Esta tarde hemos quedado con Mila para pasear. Su cuñada está ingresada por unas arritmias y Juan está con ella. En el paseo nos encontramos a Augusto y Ana y, más tarde, a Marieles y Jesús. Dos ratitos más de charla con los que no contábamos. Qué bien.


Martes 23

Chocos con arroz.


Hemos pedido queso a un compañero del partido que representa a varias casas comerciales de quesos y otros productos. Si haces pedidos grandes te los trae a casa aprovechando el viaje a las tiendas. Después de probar varios durante más de un año, nos quedamos con uno de Pulgar que lo conocen como "de tres leches". Como su nombre indica, lleva leche de oveja, de cabra y de vaca. Está buenísimo. Después de la compra, reparto entre los hijos. 


La próxima vez que hablemos con A., tenemos que decirle que aquí tiene su trozo. Qué ganas tengo de ver a mi hijo pequeño. Casi dos meses ya. Aunque la Comunidad de Madrid tiene más contagios que esta, él sí puede salir, pero no puede entrar en nuestra Comunidad. Nos solemos llamar cada diez días o así, pero no es igual. Yo necesitaría ya poder apretarlo un poco aunque fuera con mascarilla y mirando cada uno "a Cuenca". 


Vamos a desayunar, como el martes pasado, con Pilar y José Manuel. Al mismo sitio, pero hoy hacía más frío. Yo lo he tenido en cuenta, Daniel no. Hemos compartido mi bufanda roja grande (tipo manta) para las rodillas. A medida que el sol iba subiendo, se estaba más a gusto.


Esta terraza tiene la ventaja de, además de buena tostada, tener la fachada del museo de Santa Cruz enfrente. Qué gozada!


A la vuelta he llamado a Sagrario para convencerla de que ya hay que empezar a salir un poquito, aunque sólo sea a los desayunos en terrazas abiertas.


De los chocos se ocupa Daniel. Hace la receta de su hermana. La última vez compramos calamares y también salieron riquísimos. Si no se encuentran los auténticos de Huelva, que los dan sin limpiar, es mejor esta opción.


Hoy estamos teniendo en todos los medios sesión extra de 23-F. Ya habréis caído en que es 23 de febrero y además, el 40 aniversario, nada menos. Programas donde pasan los vídeos de aquel día, las típicas entrevistas de qué pasaba esa mañana, qué estaban haciendo ese día los entrevistados... etc., aunque es verdad que cada vez quedan menos testigos. 


En el paseo de la tarde vimos a Clemente y Carmen, invisibles durante toda la pandemia, y otra vez a Marieles y Jesús.


Me corto el pelo una vez más. Esta vez me lo he dejado más corto.


Miércoles 24

Salmón a la plancha y pasta.


Poco que contar: rodajas de salmón con una pizca de sal, pasadas por la sartén con una gota de aceite. La pasta son las cintas hervidas con sal y luego, escurridas y bien calientes, aderezadas con mantequilla y pimienta.


R. sigue confinada, así que no vamos a recoger a los niños. Es día de limpieza viene Ana puntual.


He empezado un nuevo dibujo. Un bodegón con unos cuantos cacharros de casa y unas piñas recogidas en el parque.


He comprado fresas por primera vez este año. Espero que a L. le gusten, aunque tenemos melón, que también le gusta. J. nos llamó ayer y lo tenemos que recoger el jueves porque a él no le da tiempo. Tiene dentista. Él llegará más tarde, pero no lo esperaremos.


Ayer hablé con A., tenemos ganas de que nos desconfínen  autonómicamente para poder vernos. Si no lo hacen pronto, creo que me buscaré una excusa para poder ir a Madrid.


Por la tarde llevamos el aceite usado al punto limpio. Está enfrente del cementerio. Volvemos a casa por la avda. de Irlanda, Europa, etc. Una buena vuelta para mí, Daniel dice que es un poco corta.


Jueves 25

Puré de verduras y hamburguesas


El menú está pensado para L., espero que le guste.


Efectivamente hoy sí he acertado con la comida. Lucas ha comido bien. Pero creo que come muy poco. De postre había melón porque sé que le gusta y solo se ha tomado media rodaja.


J. llegó a las 3.15. Ya habíamos comido pero nos hemos quedado charlando con él un poco. Con el asunto de los trans, con el que estamos un poco perdidos.


Por la tarde hemos ido a la óptica, a encargar unas gafas, ya que Daniel ha perdido sin saber cómo (siempre es así, supongo), las suyas.


Viernes 26


Hoy vamos a comer a un restaurant después de meses. Quedamos con Santiago y Pilocha en Venta de Aires. Hace unos años cambiaron la cocina y ahora da gusto. Este lugar antiguo y con solera ha sabido amoldarse bien a los nuevos tiempos y a la pandemia. El hecho de estar a las afueras (en su origen) le ha permitido tener una gran cantidad de terreno (antiguamente era una auténtica Venta) alrededor que han convertido en magníficas terrazas, donde puede haber gran separación entre mesas. 

El menú ha sido variado y todos salimos contentos. Cada uno un plato: bacalao, rabo de toro, chuletón y merluza. De entrada plato al centro de verduras en tempura. Exquisito todo. Prometemos repetir.


Sábado 27

Arroz con verduras.


Ya he comentado que siempre tengo todo tipo de verduras congeladas: alcachofas, guisantes, judías, espárragos... Además en esta ocasión también setas.

Vamos a ver a R. después del confinamiento. Qué alegría. Ya va S. al cole y todos han vuelto a hacer vida normal. L. y D. están de exámenes y salen un momento de sus habitaciones para saludar y se vuelven a estudiar. Las dos son muy responsables y les gusta sacar buenas notas, así que trabajan duro.


Cuando los pequeños están preparados salimos con ellos y sus padres a dar un paseo al parque. M. con la bici. Lleva pocos días conduciendo sin las ruedas auxiliares y va muy bien. S. con el patinete. Pasamos un buen rato en el parque al sol, la pena es que hay que llevar mascarilla.


Domingo 28

Gran aperitivo. Gulas.


Tenemos que consumir todo lo que hay abierto, así que solo hago las gulas para final. Tenemos foiegras, rabanitos untados con sal y mantequilla, boquerones en vinagre sobre patatas fritas...