El lunes día 11 de febrero me
levanté con ganas de escribir una entrada en mi blog. Tenía anotado el inicio de una frase
de esas que avanzan en el espacio radiofónico para solicitar a los oyentes relatos cortos y pensaba
seguirla, a ver qué me daba de sí, pero… me dio pereza. La dejaré para más
adelante, a ver qué se me ocurre –pensé-.
Tenía la mañana y la tarde libres,
así que había que aprovechar bien el día. Hacía mucho frío. Habían anunciado
nevadas en el norte y en toda la cordillera central y el cielo estaba cerrado, triste y gris.
Para colmo, las rachas de viento eran fuertes, así que la sensación era de más
frío que el que hacía en realidad, que no era poco.
Observad aquí el detalle del cucurucho en el plato, al lado de la raja de melón |
Hice los planes rápidamente.
Había visto en el periódico del domingo un anuncio de exposición de bodegones
en la fundación Juan March y me apetecía verla. Desde que estoy pintando miro
la pintura con otros ojos, siento un interés diferente. Daniel estaba de
acuerdo y los amigos Luis y Elisa –contactados telefónicamente en Madrid-- también. Por fortuna, el día se fue abriendo y cuando llegamos a la capital ya había más claros que nubes, aunque el frío siguió siendo intenso.
La exposición de “bodegones” o
“naturalezas muertas” (ahora se propone el término “mesas”) era pequeña aunque
representativa. Todos del siglo XVII, holandeses y flamencos. No más de cinco o
seis autores. Me llamó poderosamente la atención, porque antes nunca me había
fijado, un detalle: entre los objetos representados, en cuatro o cinco cuadros,
se hallaba un cucurucho de papel arrugado, es decir, usado. Por qué estaba en
esas mesas, qué uso se le daba, son preguntas que nadie me supo responder.
¿Era para la sal, contenía tal vez especias, tabaco? Me gustaría mucho
conocer su uso o significado.
¿Os suena este paso peatonal? Perdonad la osadía |
Edificio de la sede de la fundación Carlos de Amberes |
Desde la calle de Castelló, sede
de la Fundación Juan March, nos trasladamos a otra Fundación, la de Carlos de
Amberes, en la calle Claudio Coello. Queríamos ver el antiguo edificio del Real
Hospital de San Andrés de los Flamencos, donde tiene la sede esta fundación y,
de paso, echar un vistazo a la exposición que albergaba sobre los Beatles; “Beatlemanía, 50 años después” era el nombre con el que la presentaban. Muchas
fotos, portadas de discos, vídeos de sus visitas a España, revistas y
periódicos alusivos, algún intrumento, etc., componían la muestra.
Galería comercial, antigua sede de Abc. Como véis, pocos transeúntes, pocos coches. |
A primera hora de la tarde, café
en el Starbucks de la calle Fuencarral y película en el cine Paz, en la misma
calle. Se trataba del estreno de la peli chilena NO, especie de documental
sobre el referendum celebrado en los años ochenta para decidir si el dictador
Pinochet seguía ocho años más o no gobernando. La oposición proponía el No, que
finalmente ganó. Gael García Bernal es protagonista principal y el director, Pablo Larraín. Había oído hablar muy bien de ella pero me decepcionó un poco. Eso pasa cuando las alabanzas previas son excesivas. Si hubiera ido a verla "a ciegas", seguramente me hubiera impactado y emocionado más. Lo cierto es que muchos comentarios, actitudes, acciones, retratados en la cinta no nos resultan desconocidas a los españoles que ya tenemos unos años. Está bien hecha, bien interpretada, pero quizá tiende más a ser, lo que he dicho antes,
un buen y extenso documental que una película. Para dar mayor verosimilitud se ha rodado
(según he oído) con cámaras antiguas y eso la hace muy pesada, las imágenes no tienen nitidez y, al final, lo paga el resultado y tu vista.
Os dejo aquí el enlace del vídeo del trailer: http://www.youtube.com/watch?v=Ii_YHe47FTg
Alégrate que nadie haya sabido responder doctamente acerca del cucurucho de papel arrugado. La pintura guarda sus secretos, tal vez la belleza se esconda en el enigma sin revelar, y el espectador deba acceptar la humildad de no perturbar lo incuestionable.
ResponderEliminarDemasiada curiosidad para aceptarlo sin más. Sólo lo haré si no hay más remedio; mientras, seguiré elucubrando. Haré pesquisas, pero las justas: soy vaga para investigar a fondo.
EliminarGracias Maluca por haberme enviado la referencia a este post en el comentario que dejaste en mi página sobre el Museo Carlos de Amberes.
ResponderEliminarInteresante y muy curioso lo del "cucurucho de papel" que aparece en esos bodegones flamencos del siglo XVII. Quizás a partir del nombre de los autores y las ciudades en las que vivieron, los años en que ejecutaron las obras, iría cerrándose el círculo de las pesquisas para luego indagar en temas de formas de alimentación de la época, costumbres...¡quien sabe!
Los bodegones, naturalezas muertas o mesas, es un tipo de pintura que me gusta mucho. Hay un bodegón alargado, con fondo oscuro, y cacharros, de Zurbarán, en el Museo del Prado que está entre mis preferidos.
Gracias de nuevo por tus comentarios y un fuerte abrazo.