Hacia 1965 vine de excursión a Toledo con mi tío, hermano de mi padre. Los
sábados y domingos recogíamos a mis primas del colegio Santo Ángel, en la calle Tutor de Madrid y nos íbamos a
visitar los pueblos y ciudades de alrededor. A mí me encantaban esos viajes
porque descubría muchas cosas desconocidas y además comíamos fuera de casa, algo extraordinario para mí.
Mi tío Manolo tenía un Opel
Record en aquel entonces. Se veían muy pocos coches de ese modelo por la carretera. Yo
no sabría decir cómo conducía; en aquel entonces no me fijaba en esas cosas.
Sólo me daba cuenta de que alguna vez gritaba “cateto” a alguien. Lo que lo
alteraba sobremanera era cuando cerrábamos las puertas con demasiada fuerza.
En Toledo habíamos estado otra
vez visitando el Alcázar y la catedral. Hacía estas visitas por sus hijas. Él
consideraba importante que conocieran esas cosas. Supongo que tendría que
“tragar mucha quina” como decía él visitando el Valle de los Caídos o, en el Alcázar de Toledo,
leyendo el diálogo absurdo que mantuvo el general Moscardó(1), impreso en grandes letras al
lado del teléfono supuestamente utilizado. Él era socialista, ateo y
republicano y no lo ocultaba.
En esta segunda visita a la ciudad donde más tarde nacerían mis nietos, nos dedicamos en cambio a recorrer los alrededores, el Valle y el río. Era el mes de mayo
y todavía no hacía tiempo de baño pero sí de pasear por las riberas y la zona utilizada entonces por los toledanos como playa. Ahí,
mi tío me hizo la foto que os muestro. Me acordé de ella al
leer el precioso comentario de mi amiga Claudie en la entrada que había escrito Eduardo Sánchez Butragueño sobre el río Tajo en su blog http://toledoolvidado.blogspot.com.es/.
Entonces busqué esa fotografía, la escaneé y se la
envié al famoso bloguero. Me lo agradeció y me anunció que la incluiría en la entrada relativa al Tajo.
Yo no tenía muy claro el lugar desde
donde estaba hecha, no reconocía el edificio que hay detrás. Eduardo la situó
inmediatamente. Se trata de una antigua central eléctrica.
Hace un par de domingos fuimos a
buscar ese edificio andando desde casa. El río venía bastante cargado de las copiosas
lluvias de este invierno. También tuvimos la suerte de encontrar algunas
lepistas entre los pinos que nos sirvieron para un buen revuelto.
Ni que decir tiene que aproveché
para fotografiarme en el mismo sitio ¡¡¡49 años más tarde!!!
(1) El general golpista hace responsables de las muertes a los defensores de la legalidad.
Me encanta esta entrada. Y además, donde pone lepistas yo he leído leperas.
ResponderEliminarBesos
Imo