Llevo un tiempo sin ganas de escribir, por eso voy a retomar algunas líneas que una vez escribí en un blog ajeno y las voy a completar.
En el año 2006, por iniciativa de la Escuela de Escritores, surgió la idea de buscar la palabra más bonita del español. A esta idea se unió después, en 2009, el Instituto Cervantes. Además, cada cierto tiempo, alguna institución o publicación promueve concursos entre los internautas y propone citar un número determinado de términos que serían, según cada cual, los más bellos.
Con motivo de haber leído alguna de estas noticias en algún sitio, me decidí a comentar cuál era, para mí, la palabra más bonita. Ahora reproduzco aquí lo que escribí entonces. Nada de elegir mariposa, azahar, almohada, paz, amor, etc., que también me parecen bellísimas; a mí la que más me llenaba era... GUADALAJARA.
"Una de mis palabras preferidas desde chiquitilla es
Guadalajara. Me gustaba cómo se me llenaba la boca al pronunciarla, cerrándola para la "gu", abriéndola enseguida mucho para la "a" llevándome el aire hacia atrás y expulsándolo después de haber pasado antes por la dental y las palatales para acabar en una suave erre. Me gustaba antes de saber siquiera
dónde se encontraba (sí sabía que era una población) ni cómo sería de grande. Si sería una ciudad bonita, fea,
moderna... Tampoco sabía que existía otra mucho más grande en Méjico, pero
cuando jugaba a las casitas con la Mari del Coronel en el corral de atrás (ya
lo he contado) yo siempre quería ser y era de Guadalajara. Se me llenaba la boca y se me
sigue llenando."
Eso escribí hace unos años. Los hechos que relato se refieren a mis 7-8-9 años y por aquél entonces yo no tenía ninguna relación con esa población. Ahora acabo de comprender que ya en aquellos lejanos días me gustaba jugar con las palabras.
Según averigüé mucho más tarde parece que el término proviene del árabe. La raíz Guad significa río y tenemos muchos ejemplos en Andalucía. El término completo sería "Río de las Piedras".
Más tarde me he dado cuenta de que también me gustan mucho otras palabras que empiezan igual pero cuya raíz no tiene nada que ver con el árabe: guacamole, guacamayo.
Y ya que estoy citando lo que escribí en blog ajeno (entonces todavía no tenía el mío) citaré ya para terminar lo que escribí ese mismo día sobre una expresión muy de casa de mis padres:
"Moco candil
¿Os suena esta expresión?, ¿la habéis oído alguna vez? Pues en mi casa se utilizaba mucho; la traducción actual sería, más o menos, "estar al loro"; es decir, estar a "moco candil" es estar enterado de todo lo que pasa, incluidos los cotilleos y todo aquello que sea de rabiosa actualidad."
Querida Maluca, el quedarse como..,'colgada', a mi me suele pasar algunas veces y siento una sensación entre el cansancio y el temor. Menos mal que antes o despues desaparece...
ResponderEliminarMoco candil, jaja, nunca lo había oído, esa expresión, pero me gusta...
Las hay muy buenas y curiosas, como por ejemplo, 'Cada uno sabe en su casa, donde se cuelga el candil
¡Guadalajara! La verdad es que es una palabra que ''llena',' sale de los labios briosa y cantarina , jajaja ¡me gusta!
Ha sido una delicia visitarte.
Hasta pronto amiga, un abrazo.
Me pasa lo mismo: las palabras que me atraen lo hacen más por su fonética que por su sentido. Por eso tienen que ser un poco largas, para que boca, labios y voz tengan tempo suficiente para jugar.
ResponderEliminarEn francés : coquelicot, mandoline...