Incógnita. Dónde nos llevará? |
Yo
no soy muy amiga de los balances, resúmenes, ni de tomar medidas y/o hacer
cambios radicales de un año para otro, pero si tenemos en cuenta lo que nos
proponen por todos los sitios, ya sean medios de comunicación escritos o
hablados (tv, radio), además de los vídeos y mensajes de todo tipo enviados a través de correos electrónicos, wasap, etc., a estas alturas del año parece que se impone
hacer un pequeño examen de conciencia y elaborar, siquiera sea mentalmente, una
serie de propósitos para el año próximo.
A
mí personalmente siempre me ha parecido que lo nuevo, los cambios de verdad, si existen, empiezan a la vuelta de las
vacaciones de verano, comienzo de curso, etc., creo que es esa fecha la que realmente
marca un tajo y no esta en la que estamos, más bien de continuación,
pero allá vamos.
Una
de mis intenciones desde hace bastantes años y en todas las épocas es bajar un poco de peso y,
otra, mucho más antigua, dejar definitivamente el tabaco porque, aunque es
verdad que ahora me paso las semanas enteras sin fumar (incluso los meses,
dependiendo de las épocas) en otras, basta que esté de
tertulia o cervezas con algún fumador al lado para que vuelva a caer, aunque
sea sólo con un par de cigarrillos. Si estas situaciones se repiten con
frecuencia empiezo a embalarme otra vez hasta que vuelvo a cortar radicalmente.
Esto dura ya por los menos quince o veinte años. A estas dos determinaciones llamémosle generales, habría que añadirle “lo del inglés”, definitivamente dado de lado.
Luego, pequeñas cosas: no impacientarme con los torpes conduciendo, con los que no
toman debidamente las rotondas, con los que no les dicen a sus hijos que no se
grita, que no se tira nada al suelo, que no se arrancan las plantas ni se doblan los
árboles… (no quiero hablar aquí de las cacas de los perros ni de sus dueños porque no tengo ganas de cabrearme).
Y
más: no volver a ver una peli en ninguna cadena de tv donde corten por
anuncios, no ponerme en el cine al lado de los que tengan muchas bolsas llenas
de comida, no ir a ver ninguna peli sin haber leído antes aunque sea de refilón
alguna crítica sobre ella.
Y
ya que estamos en estas fechas, dos firmes decisiones para el año que viene que
tienen que ver con los ocurrido estos días:
Una
es dejar los juguetes colocados en un sitio seguro, cerrado y no al alcance de
los niños, para hacerlos aparecer en el momento preciso.
Este
año se nos ocurrió ponerlos en una habitación aislada pero sin llave para, en un
momento determinado después de la cena gritar: ¡han llegado los reyes! Desde
la llegada a casa de los hijos, durante el tiempo de los saludos, los primeros vinos,
cervezas, aperitivos… los niños están
correteando por la casa hasta que, mucho más tarde, nos sentamos a la mesa y yo
tengo el corazón continuamente en vilo pensando que en algún momento van a
pasar a la habitación “ocupada”.
Y hablando de estos días también me he propuesto firmemente no
volver a comprar marisco para hacerlo a la plancha en el último momento. ¿Por qué cometo ese error año tras año teniendo en cuenta que en casa
preferimos el marisco hervido? Será porque esa noche es “especial”.
Los grandes propósitos anuales no suelen dar resultado, al menos a mi no me funcionan. Lo mejor es proponerse pequeñas cosas para cada día, metas pequeñas, cosas concretas...y a la larga se pueden ver resultados.
ResponderEliminarTe deseo un feliz Año 2015 en el que se cumplan tus deseos y en el que consigas triunfos de los que sirven para alegrar la vida diaria, que es la que cuenta.
Con mucho cariño.
Pues para este 2015 mis deseos son muy sencillos: seguir disfrutando de salud y de mis seres queridos, aunque suene un poco cursi. Eso sí, que no me falten las ganas de conocer, aprender, seguir disfrutando de tantas cosas que nos rodean...
ResponderEliminarTe deseo también lo mejor a ti querida Chela.