Mi
última entrada en el blog fue en mayo y estamos a primeros de septiembre, ha pasado por tanto todo el verano.
En
varias ocasiones he estado tentada de volver aquí y contaros mis vivencias de
estos meses pero tengo la sensación de que las cosas se repiten (quién me lo iba a decir hace un tiempo, cuando cada temporada, cada año, era distinto al anterior). No
obstante, quiero volver a la carga.
Sólo
poniéndote en el ordenador –ahora- delante de un documento en blanco, afloran
las palabras para rellenarlo, así que como estoy haciendo justamente eso, allá
voy.
Estuve
en la playa a últimos de junio. Había reunión de la familia de mi marido y nos
apetecía asistir, ya que la última había sido hacía tiempo. Además nuestros
hijos también querían venir, excepto el “americano”, que se encontraba un poco
lejos. La familia R. es grande, así que, aunque faltaron muchos miembros, rondamos las 150
personas, incluidos los niños.
Después
de la playa, vuelta a la casa y cómo no, poco después, otra vez al pueblo. Estas
idas y venidas se han sucedido a lo largo del verano. Los días de Conquista han
sido más o menos como siempre: paseos (pocos por culpa de mi rodilla),
reencuentro con los amigos, visitas a los huertos a comprar los productos de la
tierra y, para contrarrestar los pocos paseos, mucha natación en la maravillosa
piscina que en alguna ocasión os he descrito.
Las majestuosas encinas, pidiendo un poco de agua a gritos. |
A
mediados de agosto volvimos a Toledo para celebrar mi cumpleaños con los hijos.
Pero había un acontecimiento más importante: estamos esperando que mi hija dé a
luz a su cuarto hijo, que será mi quinto nieto, nieta en este caso. Como los anteriores, la tendrá en casa.
Así
que todo ha girado un poco, sin quererlo, en torno a esta espera que ya se está
haciendo un poco larga. Esperábamos que fuera en torno al 20-24 de agosto pero
Sabina se resiste a salir.
Este verano he leído mucha novela, pero también este sencillo pero interesantísimo testimonio de un luchador antifranquista.
Hola Maluca, ya se que Sabina ha llegado bien para alegría de toda la familia.
ResponderEliminarMi enhorabuena de nuevo y salud para verla crecer.
Un beso.
Gracias Rafaela, ya tiene cinco días.
Eliminar¡Qué de historias enmarcadas en tu artículo, Maluca!
ResponderEliminarLo del familión me resulta conocido, porque pese a ser yo hijo único, mi esposa tiene 7 hermanos. Al multiplicar con conjugues, hijos, nietos, primos y tíos ¡Imagina!
Mis felicitaciones por Sabina.