Siempre que he dado esta receta a alguien le he comentado que es una receta de verduras para aquellos a quienes no les gusten. Luego me han confirmado que, efectivamente, así era.
Aunque mis hijos ya saben todas mis especialidades y truquillos, no sé si conocerán esta. Desde luego en casa las han tomado desde pequeños, así que imagino que se acordarán por haber visto muchas veces cómo se hacían. También va para mis nueras. Una de ellas me comentó hace poco que llevaba tiempo sin poner alguna receta, así que ahí va.
Se hierven las acelgas en agua y sal (no mucho tiempo, es mejor dejarlas enteritas porque luego tienen que hervir más con el refrito). Se sacan escurridas y se guarda el caldo.
En una sartén con aceite se echan dos dientes de ajos enteros. Cuando están dorados se sacan y se machacan en un mortero.
En este mismo aceite se echa una patata cortada un poco más gorda que para tortilla. Cuando está ligeramente hecha, se añade al aceite y uno o dos tomates maduros (o natural de bote). Una vez refritos los tomates con las patatas se echan las acelgas y se les da una vuelta en el mismo aceite. A continuación se añaden los ajos machacados, un poco de miga de pan mojada en el caldo que reservamos, y un poco de cominos machacados o en polvo. Se cubren con un poco del caldo que hay reservado (de haberlas cocido) y que hiervan 5 ó 10 minutos más.
A mí me gusta dejar (una vez hervidas) unas cuantas pencas, de las más hermosas, enteras. Estas no se las echo al guiso. Las dejo aparte y las pongo en vinagreta. Pueden ir acompañadas de algún puerro hervido, algún tomate en rodajas o incluso espárragos blancos. Puede resultar un primer plato muy sano y con pocas calorías.
De esta vinagreta siempre suelo tener un bote de cristal en el frigo para las ensaladas. Es comodísimo coger el tarro y echar unas cuantas cucharadas en el fondo de la ensaladera y no tener que pararte.
La vinagreta es de lo más simple: tres partes de aceite de oliva, una de vinagre y sal al gusto. Yo le añado una pizca de mostaza francesa. Para variar, a veces le pico un diente de ajo (en cuadraditos finísimos) o un par de pepinillos (en trozos algo mayores que el ajo). Para mezclar, se cierra el bote y se agita, así se deslíe muy bien la mostaza.
Supongo que este post (o entrada) no se habrá detenido a leerlo nadie a quien no le interese la cocina. Si a alguien le ha venido bien la receta, me alegro.
¡qué ricas! yo creo que las haré pronto, muchas gracias
ResponderEliminarLas recetas siempre gustan, y esta además es fácil de hacer.
ResponderEliminarLa vinagreta la utilizo para las endivias, aunque no le pongo pepinillos.
Buena idea la de tenerla hecha en el frigo.
Para lama (Rafaela no necesita consejos): cuando esté todo en la sartén, ajos, cominos, miga, caldo, etc. hay que remover y mezclar mucho incluso aplastando la patata para que resulte todo bien trabado.
ResponderEliminaroído cocina!
ResponderEliminarManuela,tengo que decirte que esta receta la hace mi mujer desde hace muchos años con alguna variante,el pan en vez de mojarlo lo fríe para machacarlo con el ajo,las pencas las reboza con pan-huevo y están de rechupete,creo recordar que mi madre también nos hacia esta sana receta,Paqui me dice que la aprendió de su abuela y su madre,se ve que en el pueblo era habitual, aunque cada persona con su truquillo particular.
ResponderEliminarPues sí, Jmr, desde luego lo que está claro es que es de la zona. Nuestros huertos tenían unas verduras tan ricas!!!
ResponderEliminarMíticas! Las haré en breve! Gracias por perpetuar estos manjares!
ResponderEliminarImo