De nuevo, viajo a Andalucía. Son ya incontables esos trayectos, tengo la sensación de que toda la vida he estado haciendo eso: bajar al sur, subir después hacia el norte, a Madrid, Albacete, Toledo... Pero cada vez es distinto. En primer lugar, depende de la época del año. Esta vez ha sido a mediados de enero y, en esta época, hacía tiempo que no viajaba. Durante muchos años lo he hecho para pasar el fin de año pero hace algún tiempo que me quedo en casa para esas fechas. En esta ocasión, una vez más, he visitado mis dos lugares más frecuentados: el norte de Córdoba -mi pueblo- y el sur de Huelva -la costa-.
En cada viaje los placeres se renuevan y no por conocidos dejan de sorprenderte: el olor a leña de encina quemándose en la candela, oír crotorar a las cigüeñas sin llegar a verlas, contemplar la inmensa dehesa entre brumas y un gris que cubre cielo y tierra. Después, cuando la neblina va subiendo y se van dibujando las copas de las portentosas encinas, distingues también el aleteo de las zancudas en su atalaya y las cuentas para ver cuántas han venido este año.
La niebla se va retirando poco a poco, aunque todavía no deja ver la profundidad de la dehesa. |
El pueblo huele a humo y a especias de matanza. Dicen que el letrero puesto en las columnas de los bares y que reza "Se hacen matanzas a domicilio" ha sido fotografiado y subido a internet por un sorprendido turista accidental.
La estancia ha sido breve pero suficiente para calmar la retina y el espíritu. Antes de dejar la dehesa, paramos en Cardeña para tomar un café en Casa Lucas, bar de la plaza con más de setenta años de antigüedad y convertido ahora en restaurante.
Pasada Sevilla comprobamos que han terminado de perpetrar un crimen seguramente inevitable: han ampliado un carril de la autovía que la une a Huelva y han desaparecido las adelfas. Siempre me sorprendía y maravillaba esa ancha cinta multicolor serpenteante que humanizaba el asfalto y que luego ha sido tan copiada.
Los primeros azules |
A medida que nos acercamos a la costa, observamos los paulatinos cambios: cada vez hay más naranjos, preñados en esta época del año, cada vez menos mares de pinos y más de plástico.
Pero también aquí hay renovación de placeres: la primera vista de la playa, los primeros azules, las primeras pisadas matinales en una arena virgen de huellas, el rumor incesante de las olas, el viento salino frotándose contra tu cuerpo en un abrazo envolvente. Comprobar cómo clarea la línea del horizonte, dando la razón a Carlos, mi maestro de pintura.
Línea del horizonte con Mazagón al fondo. |
Arena virgen de huellas |
En esta época del año sólo hay algunos paseantes despistados, algún deportista, alguna pareja curiosa y buscadores de coquinas con los pies hundidos en el lugar donde baten las olas. También a primera y última hora, pescadores sentados en la orilla sin perder de vista el posible movimiento de sus cañas clavadas en la lisa y mojada arena.
Otra desagradable sorpresa: así eran las aceras de Mazagón.
Así van a quedar. No han sido capaces de preservar los magníficos pinos.
Testigo de la visita a la mayor de las tres carabelas de Colón, la Santa María. Sensación de angustia al pensar en qué cáscaras de nuez (eso sí, las naves más modernas de la época) se embarcaron para "descubrir las Indias"
También quiero dejar constancia de nuestros hallazgos micológicos, perfecta excusa en esta ocasión para visitar una, vez más, mi querido sur.
Mientras regresaba, con la sensación todavía del sol de enero en la cara y el suave acento andaluz de mis queridos amigos resonando en los oídos, me pregunto qué hago yo viviendo lejos de aquí.
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Has contado tu viaje de tal forma que se nota la ilusión y emoción de cada paso que has dado.
ResponderEliminarAy! Me has traído la añoranza al pasar por tu pueblo de ese olor a chimenea o el de la matanza.
Imágenes preciosas Maluca.
Estimada Maluca, citas dos ciudades que son mías, de mi propiedad anímica por supuesto. Córdoba, en la cual viví cierto tiempo cuando tenía 30 primaveras, y Toledo donde también viví pero quizá no en estos tiempos....porque mis recuerdos de Toledo se remontan a siglos atrás. Y quizá para comprender cuanto te digo tendrás que abrir mi blog Desde el Cielo, y leer un fragmento de Páginas entre la Tierra.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Maluca.
Gracias por tu comentario. Me he dado una vuelta por tu blog.
EliminarA mi me chifla el sur, sobre todo Málaga y Sevilla (donde vive mi tía y mis primos). ¿Sabes que cuando dejas un comentario salen las letras esas que incordian un montón? Te lo digo porque hay gente que no sabe que las tiene puestas. Un saludo.
ResponderEliminarSí Lobezna, lo sabía pero no sé cómo quitarlas o cómo hacer para que le sea más fácil a la gente hacer comentarios. Si lo sabes, dímelo please.
EliminarGracias Maluca por tu visita a mi blog y por la entrañable manera en que muestras a tu hermosa tierra española.
ResponderEliminarUn abrazo desde Chile.
Maluca, me gusta tu blog, como que es sereno y cariñoso a la vez, para disfrutar de tu relato con tranquilidad. Y gracias por tu comentario en mi blog. Un abrazo de este aprendiz de la vida...
ResponderEliminarPues te has vuelto justo a tiempo. El tiempo dio un vuelco pocos días después.
ResponderEliminarLas puestas de sol en esa zona son fantásticas.
La ultima foto, es espectacular con tu silueta paseando al fondo.
ResponderEliminarNo, no soy yo. Llevaba pantalones.
EliminarY estaba haciendo la foto, jajaja
EliminarMaluca eres una deliciosa 'relatadora' jajaja Ha sido un placer visitarte, no sera la última vez que lo haga, siempre que pueda me escapare.
ResponderEliminarUn abrazo.
Delicioso y tranquilo tu relato, cada vez mejor. Pero ¿por qué "el Sur"? y no; Al jarafe, Al monte, La Rábida. Andalucía, etc.
ResponderEliminarPues porque para mí es "bajar", "irme al sur", "irme a la playa", "viajar a mi pueblo". A veces, también cito los sitios concretos pero, en este caso, eran varios. De hecho estuve en dos pero visité más. De todas formas, como habré de escribir sobre otros viajes y no podré (o no deberé) repetirme, tendré que citar el lugar. (O no, ya se verá, jaja).Gracias por el comentario.
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